Ninguna rama de la magia recompensa tanto el esfuerzo y el estudio del aficionado como la prestidigitación con cartas. El artista siempre tiene la seguridad de contar con un público comprensivo y agradecido. No hay diversión ni pasatiempo en el mundo civilizado tan extendido como los juegos de cartas, y a casi todo el mundo le encanta un buen truco. Pero la ventaja especial en este aspecto es que el mago realmente hábil puede prescindir de los innumerables recursos y preparativos que entorpecen al mago en otras ramas. Siempre está preparado para las exigencias más inesperadas de su habilidad para divertir o confundir, y puede mantener su reputación con solo la baraja familiar y sus ágiles dedos, lo que hace que su exhibición sea aún más sorprendente debido a su conocida improvisación y la sencillez de sus accesorios.
Al estudiante que desee progresar rápidamente en la ejecución de trucos, le sugerimos que primero se inicie en el estudio y la práctica de nuestro "Sistema de Barajas a Ciegas", tal como se enseña en la primera parte de este libro, adquiriendo una completa destreza en la formación y el uso del "jog" y el "break", que hacen posible este estilo de baraja. Sabemos que todos los magos recomiendan el cambio o pase como primer logro, y si bien no menospreciamos los méritos del cambio cuando se realiza a la perfección, insistimos en que todos o cualquiera de los diversos métodos para ejecutarlo se encuentran entre las hazañas más difíciles que el estudiante deberá adquirir, e imponer tal tarea al principio tiene un efecto muy desalentador. Pero, según lo que sabemos de las exhibiciones y la literatura de los magos, ninguno conoce, o al menos emplea o escribe sobre, un sustituto satisfactorio; de ahí su total dependencia de ese artificio para producir ciertos resultados.
Cuando los movimientos ciegos con el trote y el quiebre coincidentes se comprenden completamente, el estudiante debe tomar nuestro "Sistema de Palming", también tratado en la primera parte, prestando especial atención a la "palma inferior", y con un grado moderado de habilidad en estos logros, será capaz de realizar muchos de los mejores trucos que los prestidigitadores hacen que dependan completamente del cambio.
Por ejemplo, el proceso habitual para obtener la posesión de una carta seleccionada al ser devuelta a la baraja consiste en insertar el meñique sobre ella, hacer un cambio de posición llevando el paquete inferior con la carta seleccionada a la parte superior, retirarla con la mano derecha y entregar la baraja al espectador para que la baraje. Aunque puede ser cuestión de opinión, creemos que sería igual de natural que el artista barajara la baraja él mismo inmediatamente después de que la carta se devuelva al centro, y luego retirarla con la mano derecha y entregarla al espectador para que la baraje. Si el espectador baraja con el propósito de ocultar su paradero, es razonable esperar que la baraja del artista aumente la impresión de que está perdida sin remedio, sobre todo porque la baraja se realiza sin la menor vacilación, giro, balanceo, ocultación o parloteo, y aparentemente de la manera más natural y regular. Entonces, la baraja del artista da una razón tácita para sostener la baraja mientras se inserta la carta, en lugar de permitir que el espectador la tome con sus propias manos. Bien ejecutada, la baraja a ciegas lleva la carta arriba o abajo a voluntad, desafiando el escrutinio más minucioso para detectar la manipulación. Luego, se empalma la carta mientras se cuadra, y la baraja se entrega para que se siga barajando.
Si el jugador desea retirar la carta seleccionada sin barajar, creemos que el "Desplazamiento Diagonal de la Palma" es más fácil y mucho más imperceptible que el intercambio de los dos paquetes y el posterior empalme, suponiendo que ambos procesos se realicen con la misma eficacia. Por esta razón, sugerimos la adquisición temprana de dicho desplazamiento.
Sin embargo, el entusiasta no descansará hasta dominar a la perfección cada detalle del calendario, para poder acallar a ese individuo particularmente desagradable pero siempre presente, que con su conocimiento de los detalles más comunes siempre sabe "exactamente cómo se hace". Adquirir el arte es en sí mismo un pasatiempo fascinante, y el estudiante no necesitará ningún incentivo adicional en cuanto logre el más mínimo progreso.
El experto en juegos de mesa experimentará poca o ninguna dificultad para realizar los diversos trucos que subyacen en la base de los trucos de magia. Las principales proezas ya se han dominado: barajar a ciegas, cortar a ciegas, repartir el fondo, repartir el segundo, empalmar y reponer, correr, engarzar, descartar y colocar la media; y sus dedos entrenados se adaptarán fácilmente a cualquier nueva posición o acción. Pero la mera habilidad para ejecutar los trucos no lo capacita para el escenario, ni siquiera para un espectáculo de salón. En esta fase del manejo de las cartas, al igual que en el artificio de los juegos de mesa, opinamos que cuanto menos conozca la compañía la destreza del mago, mejor cumplirá su propósito. Se muestra un interés mucho mayor en los trucos, y el desenlace de cada uno causa infinitamente más asombro, cuando todo el procedimiento se ha llevado a cabo de forma ordinaria, sin aparente habilidad para la prestidigitación. Si el artista no puede resistir la tentación de exhibir su habilidad digital, el efecto de sus esfuerzos se verá mucho menos afectado si se le pide exhibir desaires como palmear y producir, cambios con una sola mano, cambios, etc., hasta el final del espectáculo. Pero estos desaires deben emplearse solo como un medio para un fin.
El mago aficionado, sin el don de la palabra, debería ensayar su discurso o monólogo con la misma atención que su acción. El truco más simple debería ir adecuadamente revestido de argucias o sofismas plausibles que aparentemente expliquen el procedimiento, pero en realidad describan prácticamente lo contrario de lo que ocurre.
Las principales técnicas empleadas en los trucos de cartas, que no se abordan en la primera parte de este libro, se conocen como "forzar", "cambiar", "transformar" y diversos métodos para localizar y producir cartas seleccionadas. También describiremos otros métodos de desplazamiento y empalme. Cabe mencionar que el mago denomina "pasar" a un desplazamiento.